El escritor y periodista Javier Reverte dijo que su primer
viaje fue desde Madrid a Vigo. Él y su hermano nunca habían visto el mar y
cuando llegaron allí fueron a todo correr a probar el agua para saber si era
verdad que estaba salada.
Viajar es un sinónimo de sentir, de experimentar, de vivir,
al fin y al cabo. Una necesidad que algunos seres humanos tenemos y de la que
nunca podremos librarnos.
Los que me conocen ya
saben que me encanta y por eso no soy capaz de resistirme cuando encuentro
algún libro que prometa llevarme más allá de la frontera.
Uno de ellos, hace tiempo, fue “En el país de la nube
blanca”, de Sarah Lark, en el que crucé el
océano, en el siglo XIX, con dos
mujeres británicas, una profesora y una aristócrata, hacia Nueva Zelanda.
La trama considero que era buena, sobre todo en el sentido
histórico, explicando cómo se desarrolló la colonización, pero las descripciones
de ese lugar tan espectacular creo que no le hacían justicia y la cultura maorí
casi no aparece en la novela, así que me decepcionó un poco.
Ahora, hace unas semanas, me encontré con “El reino del
azahar”, de Linda Belago, que guarda una asombrosa similitud con el anterior ya
que también trata de una mujer, en este caso, holandesa, que se va a vivir a
Surinam (conocida antiguamente como Guayana holandesa –América del sur) en la
misma época.
Sin embargo, el argumento en él está mucho más equilibrado
en un conjunto armonioso donde naturaleza, cultura e historia se funden desde
el principio hasta el final.
La protagonista, Julie, huérfana de padre y madre, a los 18
años pasa de vivir en un internado, a ser casada por su tío con un hombre que
sólo conoce de una noche y que tiene una plantación de caña de azúcar mantenida
por esclavos al otro lado del mar.
Poco a poco veremos cómo ella irá dejando atrás su inocencia
para defender los derechos humanos en un paisaje tropical de una belleza
exuberante. Las flores, los animales, el tránsito en barcazas por los numerosos
ríos, los indígenas y las creencias de los esclavos negros. Todo está detallado
con una exquisitez absoluta que te conduce a una lectura desenfrenada. Para los que quieren desaparecer durante unos cuantos días.
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