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viernes, 11 de julio de 2014

De todo se sale



Estábamos en una cafetería, yo con mi té verde y ella con un cortado. Me decía que se sentía una cobarde por no saber sacar a su familia adelante, que se avergonzaba de ella misma por esa tristeza que la invadía y la consumía. “Soy sólo lamentos, nunca hago nada”, explicaba.

Había pedido ayuda, pero la persona a la que recurrió la convenció aún más de que el problema era ella.

Yo le dije que no iba a consentir ni un minuto más que se fustigara de aquella manera, que eso no era cierto y que ella lo sabía. 

-     
-Te conozco desde hace tiempo y no hay persona más trabajadora que tú, me lo has demostrado miles de veces. Es normal que estés triste porque la situación no está para echar cohetes. La tuya y la de un montón de gente. ¿O es agradable estar tres años en el paro? Miras las ofertas de empleo y no sabes si reír o llorar de la cantidad de cosas que piden. Ya no sabes qué cursos hacer de tantos que tienes… Estás bloqueada y no ves más posibilidades, pero siempre hay una salida.
Esto es como esos juegos de ingenio que manejas con las manos. Les das vueltas y vueltas en busca de la solución y como no la encuentras, te empiezas a poner nerviosa, te cabreas o te sientes una inútil y abandonas. Pero otro día, más tranquila, vuelves a ver el juego sobre tu mesa, sabes que se puede resolver, empiezas a analizarlo y pruebas cosas que antes no habías hecho y voilá, de la forma más sencilla, lo desarmas.
Quizá esa pieza sean varias personas con las que has dejado de hablar por estar triste, con las que puedas colaborar de alguna manera o te puedan aportar información interesante para ti sobre tu sector; puede que tengas cierta habilidad que no hayas explotado aún y que puedas dirigir hacia un negocio o que puedas demostrar de forma pública para que te contraten; alguna idea que no hayas considerado…

-        - Tienes razón, es que me siento una inútil.

-        - No lo eres, sólo tienes que darte utilidad, que es algo diferente. Has estado parada mucho tiempo y el cerebro necesita aceite: motivación. Es muy difícil, pero si dedicas un día a pensar en lo que podrías hacer y lo escribes, como un mapa de posibles objetivos, quizá surjan cosas y después te las puedes proponer como retos que hacer, poco a poco.

-      - Tenía que aprender a manejar las redes sociales, pero me cuesta mucho ponerme.

-       - Bueno, pues yo te puedo ayudar. Un día quedamos y te oriento. A que eso te motiva más.

-        - No, pero yo no quería molestarte.

-       - No es molestia, así repaso cosas yo también. Lo que tienes que tener claro es que esta mala racha es temporal y de todo se sale. De todo, aunque te parezca imposible.

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