Sala principal del Fórum Metropolitano |
Para apreciar el cine, hay que educar la vista y para educar
la vista, hay que salirse de lo establecido y poner un ojo en otros países que
no sean EEUU. Por eso suelo ir el fin de semana con Carapuchiña a las salas del
Fórum Metropolitano, en A Coruña, donde por 1,50€ ponen películas extranjeras
subtituladas que rara vez pasarían por las taquillas de la ciudad.
A veces, la sinopsis nos confunde y nos ha llevado a tragar
auténticos bodrios cuando esperábamos una buena película. Recuerdo una versión
de “Cumbres Borrascosas” en la que los protagonistas eran el silencio, la
niebla y los matojos de un lugar inhóspito. Minutos y minutos de primeros
planos a hierbas.
Pero también ofrece sus regalos, como la danesa “En kongelig
affere” (“Un asunto real”). Un drama histórico cuyo argumento transcurre en el
siglo XVIII. La joven ilustrada Carolina Matilde, es obligada a casarse con el
trastornado y joven rey de Dinamarca, Christian VII, al que no le interesa lo
más mínimo gobernar y toma medidas como nombrar a su perro miembro honorario.
Todo cambia cuando llega a la Corte el que será el médico del Rey, que ayudará
a la Reina a cambiar el país manipulando estratégicamente al monarca. El
vestuario y los exteriores en los que se ha rodado la película son fantásticos,
logrando una muy buena ambientación.
Otra más lenta, algo inevitable para los europeos si
hablamos de China, es “Beijing Bycicle”. Pese a ello, es una película que te
permite palpar cómo es el día a día en una gran ciudad de la mano de un
repartidor jovencito que se desplaza en bicicleta. Un día, se la roban y se
queda sin modo de vida, pero descubre que se la han vendido a un estudiante. A
partir de ahí, recorreremos las callejuelas de Beijing en su busca, tropezando
con escenas típicas de pueblo que sorprenden por estar en pleno casco urbano.
Además, también se perciben los valores morales chinos y su concepto de la
justicia.
Sin embargo, mi preferida de las que he visto hasta el
momento es la francesa “Le prénom” (“El nombre”), donde un matrimonio, el
hermano de la mujer, la novia de este, embarazada, y un buen amigo de todos se
reúnen para cenar. Todo va bien hasta que sale a colación el nombre que la
pareja va a poner al bebé que están esperando. A partir de ahí, todos se
enzarzan en una discusión que va derivando hasta límites insospechados, donde
afloran opiniones y secretos difíciles de asimilar para placer del espectador,
que no podrá aguantar la risa. Procedente del teatro, la trama transcurre sólo en
una sala de estar, pero los vivos y rápidos diálogos hacen que no extrañes nada
más.
Ahí dejo mis propuestas.
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