Crecí leyendo tebeos. Para mí las aventuras de Zipi y Zape, Mortadelo y Filemón o los Don Mickeys, por citar algunos de mis favoritos, eran objetos de culto en mis estanterías. Por lo que no es raro verme merodear por la biblioteca, a mis 28 años, en busca de viñetas atractivas.
Sin embargo, nunca tuve la necesidad de entrar en una tienda de cómics... hasta hace unos días.
Mi hermano es fan de "Death Note". Es una serie manga de terror e intriga que no se ha emitido aún por televisión en España, pero que cada día cuenta con más seguidores, bien gracias a Internet o por los propios cómics, que se pueden comprar en muchos establecimientos.
Los pasados Reyes quise ser original, así que me decidí por primera vez a visitar una de estas tiendas especializadas.
Llevaba un abrigo marrón de corte clásico, un jersey de cuello vuelto y unos vaqueros, pero cuando abrí la puerta me sentí como si estuviera desnuda.
Había unas diez personas en el local, hablando en voz alta y curioseando entre las pilas de libros, hasta que entré. En ese momento, todos aquellos jóvenes se callaron para mirarme atentamente, mientras sonaba de fondo el tilín-tilín de la campanita de la puerta.
Jamás me había sentido tan fuera de lugar y tan cortada al mismo tiempo.
Con un alarde de gallardía les devolví la mirada y yo también les estudié a ellos.
Aparentaban tener la misma edad. Eran delgaditos, blancuchos, algunos con gafas, otros sin ellas y con un estilo... "desconjuntado", por decirlo de alguna manera.
Pasados tres segundos, volvieron a sus quehaceres y yo me dirigí rápidamente al dependiente A, de aspecto heavy, para consultarle mi propósito.
Éste, amablemente, sacó unos cinco libros relacionados con los que estaba buscando y mientras me decidía, no pude evitar escuchar la conversación de aquellos seres que me rodeaban:
- ¡Buah, tío! -comentó uno de ellos- ¿Quién es esta tía?
Desde mi espalda no podía ver la escena, pero me imaginaba que estaban hablando de alguna mujer.
- Es una de las chicas Sekirei, ¿no la conocías?
- ¡Nooooooooo!, ¡pero está buenísima! ¿Cómo no me avisas de que salen estas cosas? -le reprendió al amigo.
- ¿Qué pasa? -preguntó otro de los dependientes desde el mostrador.
- ¡Cómo tienes un pivón así y no me dices nada!, ¡soy uno de tus mejores clientes!
Entonces aquel chico puso encima de la mesa el ejemplar que tanto lo había trastornado.
Su gran amor era el dibujo de una chica cuyos pechos sobrenaturales desafiaban todas las leyes gravitatorias y ocupaban la mitad de la portada del cómic. Creo que ahí fue cuando me di cuenta de que había cometido un error al haber pasado de la Fnac.
- Ya te vale. Ésta no te la perdono - amenazó el afectado. Tan dolido como si el dependiente B tuviese una prima cachondísima y soltera, que no le quiso presentar, y el chico hubiese perdido la oportunidad de conocerla.
-Lo siento, para otra vez, ya lo sé. Pero oye, ¿qué tal con el moco?
"¿El moco? ¿Había dicho el moco?", pensé. Desde ese momento ya no me sentí tan cohibida y la conversación adquirió hasta un interés antropológico.
- ¡Joeeer, tío! Acertaste de lleno, ¡mola un montón! ¡Es como blandiblú! Lo tengo colgado del ordenador.
No pude evitarlo, el signo del interrogante se podía ver en mi cara y el dependiente B no tardó en dirigirse a mí.
- ¡¿Tú también lo tienes?! -me preguntó emocionado.
- Síií -contesté irónica.
- ¡No digas, en serio! -contestó el dependiente A.
No me podía creer que no hubiese captado el tono.
- No, es broma -aclaré.
- ¿Pero te gustaría tener uno? -inquirió el dependiente B.
El peso de la situación se me echaba encima, tenía que responder y la curiosidad era tan poderosa...
- Bueeeeeno -contesté.
- ¡Es genial! ¡Es como blandiblú, pero es que además bota! Lo puedes desplegar como un moco y después hacer una bola con él y...
- ...Y si me aburro jugar a lanzarlo contra las paredes -completé.
- ¡Síiiiiiiiiiiiiiiiii! ¡Es increíble, en pleno siglo XXI hay un blandiblú que bota!
- Guau -le acompañé.
- No se hable más. Te vamos a dar uno. Ahora pertenecerás al selecto club del moco, ¡pero que sepas que no se lo damos a cualquiera!
- Todo un honor
Los ojos del dependiente B chispeaban con una luz especial, mientras añadía un paquetito a mi bolsa y yo no paraba de buscar la cámara oculta.
- Una cosa más... -tenía que preguntarlo.
- Dime -prestándome toda su atención.
- ¿No tendréis una figurita de Yuna?
Santas palabras.
- Bueno... Sí, pero es para mi hermano, que las colecciona.
- Si la tengo, la encontraré -dijo mientras buscaba afanoso en el ordenador- Mmmmm... Parece que no, ¡pero te la puedo pedir! -el brillo seguía en la mirada.
- ¿La tendrías para Reyes?
- Noooo... Lo siento, en estas fechas los envíos son complicados, pero mira, llévate el teléfono de la tienda y cuando quieras, nos llamas y te la conseguimos.
- Gracias, muy amable.
- Vuelve pronto, ahora ya eres de nuestro club.
- El del moco.
- Eso es -aseguró con una amplia sonrisa.
Días más tarde, mi hermano y yo abrimos curiosos el paquete. Era un moco, de eso no cabía la menor duda.
-Vaya frikis, ¿no? -dijo mi hermano.
- Deja que te cuente...
* "Final Fantasy" es una popular serie de videojuegos RPG producidos por la empresa japonesa Square Enix. Cada historia es independiente, pero todas se basan en la lucha del bien contra el mal en un universo fantástico, donde magos y guerreros imponen sus propias normas. Yuna es uno de los personajes principales de "Final Fantasy X".
¿A qué tienda fuiste? ¿Alita? En todas son un poco frikis pero bastante majos. Generalmente voy a tiro fijo, pero a veces me gusta charlar un rato... aunque nunca me regalaron un moco, jajaja.
ResponderEliminarAhora hace tiempo que no me dejo caer por ninguna... Por pasta y porque las series que compro están al día con las de Japón y tardan meses en salir.
Coincido en que Death Note es muuy buena. Hay una miniserie de imagen real que no tiene desperdicio. Te lo digo por si le interesa a tu hermano.
Para terminar, no sé si viste el álbum de fotos de cosplay que tengo en el facebook. Aparece una chica disfrazada de Yuna que la clava. Seguro que te gusta.
Un beso, y a ver si nos vemos pronto.
Eeeeehhh! Los chicos eran majísimos, eso no lo pongo en duda y, por otro lado, no me gusta dar nombres, tengo que mantener el misterio.
ResponderEliminarApunto tus sugerencias, muy interesantes, y no te preocupes que nos vemos a la de ya.