Una de mis pasiones es la fotografía. No soy una profesional, pero hago lo que puedo con mis ojos. Intento dejar que me sorprendan y que busquen a través del objetivo de mi cámara aquello que habitualmente no consigo ver.
Hay una escena en la película "Sabrina", la versión moderna con Julia Ormond y Harrison Ford, en la que él la contrata a ella para que saque unas fotos de una preciosa casa al lado de la costa, con la intención de venderla. Entonces, Sabrina se acerca al ventanal y contempla asombrada las vistas, pero en vez de ponerse inmediatamente a trabajar, le invita a él, cediéndole su cámara, a que escoja la imagen del paisaje que más le guste:
- ¡¿Yo?! -contesta Lynus con una risa irónica- ¡Pero si no tengo ni idea de fotografía!
- No te preocupes -le dice animándolo- coge la cámara y dime lo que ves a través de ella.
Lynus empieza a dar vueltas con el objetivo por toda la escena.
- Mar... playa... pequeño pueblecito de marineros... ¡Faro!
Y se para de repente.
- Qué curioso -comenta, mientras separa su vista del aparato- ¿Quién puede vivir allí? ¿Qué clase de vida será la del farero?
Ella, sonriente, recupera la cámara y mientras apunta al faro, le explica:
- Eso es lo que siento yo cada vez que hago fotos. ¿Qué clase de vida puede llevar un hombre que vive en el faro?, ¿cómo será?... Cada imagen es una historia.
Creo que llevo toda mi vida haciendo fotografías.
No hace falta que diga que ésta es una de mis películas favoritas, por muchas razones. Pero esta escena se me quedó grabada en la memoria, porque fue con ella cuando empecé a ser crítica con aquello que retrataba. Desde entonces, cuando viajo, no olvido la cámara. Intento disfrutar del paisaje, respirar el aire de esa ciudad o lugar, empaparme de su luz, escuchar a la gente y por supuesto, tomar un café o un té y una buena comida. Sin embargo, sé que el alma del momento se vendrá conmigo atrapada en mi pequeña Olympus.
De hecho, no hace mucho, participé en una gincana fotográfica que consistía en recorrer la ciudad, haciendo fotos de lugares a los que teníamos que llegar por medio de acertijos. Y de repente, al repasar mi trabajo, me encontré con esto:
Nadie pareció darse cuenta de que estaba allí. Me llamó la atención el adolescente de la derecha. Con sus gafas... pegado al teléfono... en pose interesante. ¿Estaría esperando a alguien, o lo habrían dejado colgado y llamó para sentirse menos solo?
También reparé en los grupos del fondo, tan sentaditos, casi aburridos. Otros en movimiento, más atrás, contándose probablemente la semana, sus aventuras... Si el Rubén se lió con María; si Carlos se puso ciego de alcohol y no pudo meter la llave en la puerta de su casa; si Marta anda detrás de un tío de 23 años; "¡buah, neno, qué movida!".
Y las chicas, a la izquierda: "Miguel te está mirando, yo creo que quiere algo contigo". Mientras dos sagaces buitres no les quitan ojo desde el banco.
Es probable que tenga mucha imaginación y no me acerque ni por asomo a lo que estaba pasando en ese momento, pero al hacerlo, volví a tener dieciséis, recordé el instituto y las noches a la puerta de la discoteca, aquellos amores sin pies ni cabeza. También las ganas de comerme el mundo a dentelladas, sin pensar, creyendo que lo sabes todo cuando no sabes nada. Y no puedo evitar que se me escape la nostalgia.
Para mí, es una buena foto.
Cuando era pequeña, el mejor momento del día era aquel en el que me balanceaba en un columpio, levantaba la cabeza hacia el cielo y creía que podía volar. Ahora he crecido, ya no quepo en los columpios, pero desde esta esquina del mundo pretendo recrear esa sensación de libertad, donde cualquiera puede tocar el firmamento con la punta de los dedos.
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Definitivamente soy fan de tu blog, y aunque no siempre deje comentarios por falta de tiempo, ten por seguro que lo leo.
ResponderEliminarMe encanta la sensibilidad que transmiten tus palabras. Consigues que quienes las leen puedan ver un mundo nuevo a través de tus ojos y de tu corazón. Yo en este caso volví a la adolescencia, y a sus recuerdos y sensaciones. Sí, es una buena foto ^_^
Lau es una grandísma reflexión, un gran pensamiento que a todos se nos pasa por la cabeza cuando paramos delante de una estampa así pero... No es una buena foto, te voy a tener que tirar de las orejas y darte una clase rápida de fotografía jajajajajajajaja
ResponderEliminarUn besiño reina a seguir así :)