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domingo, 27 de diciembre de 2009

No somos máquinas



Muchas veces he oído que la vida está hecha para los valientes; que no merece la pena llorar, porque no sirve de nada; que la gente no quiere escuchar a nadie lamentarse y que tampoco puedes esperar ayuda, porque todos tienen sus propios problemas.
También existe la norma de que debemos ser perfectos. No importa que todo el mundo cometa fallos, simplemente se ocultan y se critican los del resto. Si además puedes usar la ironía para hacerlo, mejor, porque resulta más humillante y efectivo, y si ya tienes público, es la hostia.
Igualmente, me han dicho que hablar de sentimientos es una pérdida de tiempo, que sólo puede provocarte más dolores de cabeza y crear preocupaciones donde no las había antes. Total... ¡las cosas no van a cambiar por ello!

Pues bien, nunca les hice caso.

Tengo miedo, a perder a mis seres queridos, a que me hagan daño, a no poder hacer realidad mis deseos, aquellos para los que tanto trabajé...
He llorado, por muchas cosas, a veces por tonterías, quizá por los nervios de alguna discusión, cuando ni siquiera quería hacerlo, o porque la propia situación así lo exige. En ocasiones, no hay más respuesta que las lágrimas.
¡Claro que me he equivocado! Constantemente. Y lo he pasado muy mal por ello. He aguantado broncas, he sido ridiculizada varias veces, pero ninguna fue el fin del mundo.
Y por supuesto, necesito hablar de lo que siento. No hacerlo sería vivir encerrada en un ataud.

Siempre he ido contracorriente, pero nunca me ha salido mal. Al contrario, creo que soy más fuerte por ello, porque admitir que no somos máquinas, nos hace humanos.

Por eso, soy capaz de pedir ayuda cuando la necesito, y encontrarla.
He mirado dentro de mí, en medio del caos, poniendo orden en lo imposible, y he encontrado soluciones.
También sé decir te quiero, cuando la gente no se lo espera.
Es muy difícil pronunciar esas palabras.
Al mirar a mis miedos de frente, les demuestro que les respeto como adversarios, pero también les digo que voy a presentar batalla.
¿Y qué haría sin mis errores? Nunca sabría lo que es la humildad, tampoco me alegraría por mis triunfos, cuando estos llegaran y, lo más importante, no tendría de qué reírme.

3 comentarios:

  1. Por unha banda estou dacordo, pero creo que hai distintos tipos de persoas, as que queren afrontar eses problemas por sí mesmos e as que non.
    Non hai unha solución mellor ca outra. Eu creo que a vida é así, "unha xungla", na que hai que sobrevivir e hai que estar preparado para sabelo asumir.

    Jejeje....^-^

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  2. É verdade que cada persoa é un mundo. Non estou a dicir que a miña forma de actuar ante as dificultades sexa a mellor. Cada un ten que buscar o seu camiño. Só comparto o meu cos demais.

    Unha aperta ;D

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  3. Ás veces na vida un síntese frustrado e non sabe cal é a mellor decisión a tomar. Hai que saber sobreponerse e tirar cara adiante.
    E se por un mesmo non es quen de avanzar podes pedir consello ao teu entorno.

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